viernes, 2 de noviembre de 2012

Cómo ponerse un delivery

Estaba pensando y eso a algunos nos cuesta… en ponerme un microemprendimiento. Me djieron que un delivery en Belgrano puede ir. Pero la verdad es que no tengo idea de cómo calcular los costos y los riesgos. Estaba pensando en dejar mi trabajo rutinario de oficina para dedicarme algo propio. Aunque a decir verdad no sé. No suena a mucha aventura. Está bueno pedir un delivery, pero ser el dueño es otra cosa distinta. No sé si me generará más dolores de cabeza de las gratificaciones que me valdrá. Porque un día te fallan los proveedores, problemas con los empleados. Que uno viene y el otro no. Que se enojan y demandan. Que un día falta la comida. Que se corta el gas. Que hay que llamar al plomero. Pero bueno, son gajes del oficio, todo sea por tratar de llegar a una situación próspera. Y es así que a mí no me hace acordar esto a cuando me fui a vivir solo. Todo, de antes parece tan simple y maravilloso, pero dejar el nido es tan difícil. De repente uno sale al mundo y se tiene que curtir. Que el electricitsta, que el gasista, que la pérdida de aquí, de allá. Que el administrador no aparece, que hay que pelearse para que pague lo que corresponda. Es así, al principio son dolores de cabeza, pero luego se acostumbra uno y la verdad que sí, es todo mucho mejor. Entonces puede que lo reflexione de vuelta, que lo piense mejor, me decida, deje el trabajo y me ponga con el delivery. Al fin y al cabo tampoco pierdo demasiado. Si el trabajo no me gusta y mucho menos me interesa entonces seguir haciendo toda la vida algo que no me gusta sin ningún tipo de perspectiva de crecimiento. Y bueno hay que animarse. ¿Cómo ponerse un delivery? Animándose.